Una nueva polémica enmarca a los sectores de salud y educación de nuestro país. Se trata de cómo los universidades, que necesitan campos clínicos para que sus alumnos que estudian careras de salud pongan en práctica sus conocimientos, pagan a los hospitales y centros de salud del país para que reciban a sus estudiantes.
En este sentido, la asignación de los campos clínicos a las respectivas universidades se hace a través de un proceso de licitación donde prima el mejor postor en el ámbito económico y no la excelencia académica.
Debido a esta situación, son los pacientes quienes sufren las mayores consecuencias pues se superpone un “critero mercantilista” para que ciertas universidades puedan acceder a los centros asistenciales y no las que ofrecen la mejor formación profesional.
Además las universidades tradicionales se han visto perjudicadas respecto a las privadas, ya que los primeros planteles no cuentan con los recursos económicos para competir económicamente con los centros universitarios privados. El 2005 el Rector de la Universidad de Chile, Luis Rivero, puso en conocimiento a las autoridades de este hecho y pidió que se hicieran cargo del asunto.
Luego el 2008 el Ministerio de Salud desalojó a 800 alumnos que realizaban sus prácticas de la carrera de Medicina en el Hospital del Tórax y Luis Tizné, pues se debían licitar los campos clínicos. Ahora, tras años de reclamos se quiere regular esta situación a través de un decreto, pero se le ha criticado que sólo correspondería a una declaración de intenciones, pues si no se cumplen las exigencias para que una universidad acceda a un campo clínico no hay ningún tipo de sanción al respecto, pues no es una ley.
Además el Estado no obliga a las universidades que imparten carreras de la salud a construir sus propios campos clínicos, por lo que se obliga a los centros asistenciales y hospitales públicos a recibir a sus alumnos en un rol subsidiador pues si no fuera por éstos, los establecimientos de educación superior no podrían impartir sus carreras. En este sentido se les facilita a las universidades privadas continuar con su negocio, porque no construyen centros hospitalarios que podrían beneficiar al país.
Video de Rayen
http://www.youtube.com/watch?v=h6KF9GFxdCs&feature=player_embedded
FUENTE Bio Bio la radio
Debido a esta situación, son los pacientes quienes sufren las mayores consecuencias pues se superpone un “critero mercantilista” para que ciertas universidades puedan acceder a los centros asistenciales y no las que ofrecen la mejor formación profesional.
Además las universidades tradicionales se han visto perjudicadas respecto a las privadas, ya que los primeros planteles no cuentan con los recursos económicos para competir económicamente con los centros universitarios privados. El 2005 el Rector de la Universidad de Chile, Luis Rivero, puso en conocimiento a las autoridades de este hecho y pidió que se hicieran cargo del asunto.
Luego el 2008 el Ministerio de Salud desalojó a 800 alumnos que realizaban sus prácticas de la carrera de Medicina en el Hospital del Tórax y Luis Tizné, pues se debían licitar los campos clínicos. Ahora, tras años de reclamos se quiere regular esta situación a través de un decreto, pero se le ha criticado que sólo correspondería a una declaración de intenciones, pues si no se cumplen las exigencias para que una universidad acceda a un campo clínico no hay ningún tipo de sanción al respecto, pues no es una ley.
Además el Estado no obliga a las universidades que imparten carreras de la salud a construir sus propios campos clínicos, por lo que se obliga a los centros asistenciales y hospitales públicos a recibir a sus alumnos en un rol subsidiador pues si no fuera por éstos, los establecimientos de educación superior no podrían impartir sus carreras. En este sentido se les facilita a las universidades privadas continuar con su negocio, porque no construyen centros hospitalarios que podrían beneficiar al país.
Video de Rayen
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